Falsa alarma

Etapa primera según mi bolita de ojos amarillos en estado freudiano. Boludismo, según tú. Boludismo que no osa dejar su bipolaridad, según yo. Algo, según cavidades, que a medio párpado ya despiertan frente a su imaginada voz y ante sus reales palabras. Palabras con muy a menudos teechodemenos. Encantos que esperan a salir con excusas o sin excusas. Y tras y con todo, la falsa alarma. Un grito agudo que paraliza el mundo durante unos segundos, para ir apagándose, para desviarse al suelo... Ese suelo siempre cerca al que repudian las suelas, del que quieren despegar al fin. Secuéstrame. ¡Secuéstrame de una vez! Aunque los dos sepamos que no me atreva... Aunque te odie... Aunque podría dejar en tinta mi firma para estar así, contigo, toda la vida; así...

No quiero no estar a tu lado.                                                                                                (Trece lunas)