Así desea ella. Y que 1440 minutos no sea tan difícil. Ya no
sabe si sólo arde o si mantendrá su calor. Ahora arde su cabeza. Arde su
ello. Y tiembla, de nuevo, por dentro. Sólo pide echar al caos. No
quiere azul no sólido. No quiere rojo compartido. No se quiere a ella.
Quizá sólo por momentos, mas son momentos. Que su garganta se cierre.
Que sus ojos no se abran. Que su corazón lata.
Latiendo.
Latiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario