- enloquecer,
- bailar ante una ducha artificial,
- transformar sus pupilas con formas imposibles (experiencia ya ganada),
- convertirse en una pirada permanente (aunque formal),
- captar sus momentos entre aguas verdes que quedan azules y nubes rosas con donuts a sus espaldas (momentazo),
- amar su rareza (que como dijo aquel hijo de rey, no es igual amar que querer, y está totalmente de acuerdo).
Té deja de pensar su vida, empieza a improvisar, empieza a gustar, empieza a disfrutar.
Paz. (Aunque sepa dónde se mete)

No hay comentarios:
Publicar un comentario