20160831

Carta a un pez

"Te propongo una cita.
Una cita que empieza mañana y que dura toda la vida. Una cita donde no van a ser dos días sin incidentes críticos (dejemos las ambulancias para otros) sino toda una vida. Una cita entre sirenas, en ágoras hispánicas donde recordar aquellos bellos y afortunados centímetros cortos con aquella mirada como marco, dices tú, degollado. Sólo te invito a proseguir lo que esa energía perfeccionada nos ha dejado en las manos. Porque las estrellas no fueron casualidad (recordemos la hipótesis de la invención científica), porque un dedo deslizándose a la derecha tampoco, porque el creador de la novela tenía todo esto pensado. Pez perdido en las profundidades del mar encuentra compañero salvavidas para viajar con felicidad. Igual no estás a tiempo de no aparecer si bien sí de cerrar pasos. Pero te invito a temblar. De miedo, de lágrimas y de posesiones entrañables por insectos brillantes (kafkiano cuanto menos). Eso sí, miedo porque vendrán unas llaves y porque globos terráqueos se quedarán pequeños. Lágrimas por un exceso de curvas que no sobran jamás. Y posesiones que... bueno, sobra decir más. Prepárate para escuchar cañonazos, rememora la Obertura 1812 de Tchaikovsky si quieres, porque no van a parar... En definitiva, sólo te propongo una cita..."


Que dure toda la vida...
(felicĭtas)

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