Cuando no tienes claro si llueve o eres tú.
Cuando placas esdrújulamente daltónicas chocan en la viveza de sus colores.
Cuando recovecos de madera no sirven, al igual que arcoiris de colores tampoco para su otro.
Cuando los libros se quedan sin páginas, porque se marchan.
Cuando no pensar no sirve.
Pensemos.
Habemus... ¿qué? ¿Habemus qué?
Porque no sabe si habemus o no habemus. Que la vida a veces aburre. Y no quiere. Porque quiere tonos, matices, aromas, cercas, lados, lisos, saltos, nubes, sol, y todo más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario