De ti, extraño tus canciones, tu alma y tu paz, tu conexión, aquella espiritualidad que con incienso y oscuridad parecían magia, que pudiéramos "dormir en el suelo" y poder viajar a la India con tan solo cerrar los ojos... y en cierta forma te echo de menos. Aunque odie tus lobos solitarios y egoístas...
De ti, extraño tu niñez que en ocasiones tanto daño hacía... Toda aquella magia de cuento, de cine más bien... Valoro todo lo que aprendí, cada paso, cada logro, cada abrazo, cada vuelo, cada nube que atravesamos, cada amanecer, cada puta estrella fugaz con su puto deseo, aunque no sirviera para nada... No voy a engañar a nadie.... quizá... y solo quizá te extrañe a ti. Aunque creo que es más cada página que escribimos...
De ti, que hicieras de mí tu musa, que me vieras en cada reflejo, ser cada uno de tus trazos... Aunque mi piel pueda diferir.
De ti, aquellas sonrisas despertadas y risas arrebatadas a niños en hospitales, ese no sé qué que qué sé yo que podía cambiar los días grises aunque tú ni lo vieras...
De ti, una guitarra universitaria en una tarde al sol. Y, qué coño, esa mesa de billar que no te atreviste a desvirgar...
De ti... ¿qué decir? Extraño mi inocencia, mi fuerza, mi valentía... y todo lo que hiciste con ellas. Extraño de ti aquellas primeras locuras, aquellas manos tendidas susurrando confianza, aquellas maravillosas criaturas que tanta vida dieron y tantas lágrimas vieron... No puedo extrañar más...
Y de mí... De mí extraño aquellas partes que a veces no sé ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario