20190329

Caminos de ti

Porque tiene ganas de dejar salir y ahí está. No mencionará a Cortázar esta vez, porque ésta no es como ninguna otra. No quiere que sea. No será. Quiere otros caminos, de cafeínas y tormentas (valiente), de aplastar y adorar (quizá porque), de ser su expresión más diminuta y quizá no tan dura (que quizá no hace falta), de tildes que anteceden viajes que acaban de la mano (y con limones color atardecer), de un cuídate y un tú más, de formas de algún tipo geométricas escondidas entre fresas (aguda vista), de gatoperros y perros a querer, de manos agarradas (siempre) y de camas sin bordes (su lado favorito de la cama). De él.
Y añade momentos de dudas (pequeña de las dudas infinitas, ya sabes) donde quiere que la (sí, la) esperen, donde no haya tengoqués, ni hayqués, donde sólo fluya, porque tienen ritmo de sobra, y planes de sobra, y sueños de sobra. Y con ellos ya basta. Y no, no hablará de magia esta vez. Leerá leyendas japonesas que bastarán para asentar su suerte y gritar ¿Por qué no?. Que sepa que le acepta sin los trajes más bodosos, con los pelos más revueltos y hasta con la sonrisa menos puesta. Pero que vuelva. Él. Y su sonrisa.

AsíSí.


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