20130227

Clavos mojados en café

Bien, llámalo malicia pero me encantaría que dentro de esos cientos metros de distancia pudieses cruzarte conmigo, acompañada de mi taza de café, sin siquiera reparar en ti. Y que recuerdes que fui tu invierno.
Que, como bien dice la casualmente hallada Dillon, con Thirteen Thirtyfive, un agujero en el suelo o el mar Egeo o un postre o tal vez un chorro de tinta o una guerra me sirve... Porque los ruidos broncos del mar se borran con las caricias de las olas, suaves, que atentan con pasión, que no duermen...

Sobre todo eso, que no duermen.

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