Copia-pega

Y pensando realmente, sé que prefiero arrepentirme de lo que hago que de aquello que dejo sin hacer. Por lo tanto, pienso que quiero verte. Y si pudiese elegir, quiero ver a alguien a quien de verdad le apetezca verme. Que no sólo lo piense y ya está, sino que lo sienta, que es distinto; que le apetezca verme lo justo como para hacerlo. Porque, al igual que yo he llegado a vestirme y andar quince minutos con la intención de verte sólo cinco, también espero que no sólo a mí me merezca la pena, porque en esta situación no supone invertir mucho. 

Y eso es lo que quiero, que no sólo a mí me merezca la pena.