De momento nada. No osa jurar hasta que no llegue la tormenta de verano.
Duda que no sea clima para esto. Duda que sus entrañas acaben
devorándola de dentro a fuera. Y no quiere compartirlas. Son suyas. Y
malditos cafés nocturnos. No tendrían que haber llegado jamás a sus
piernas. Y mientras ella espera. Espera a que ella misma quiera.
Porque ahora..., no. Ella no quiere.
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