Representantes semi ella

Ella y su cabeza, que caminaba corrigiendo cada hueso, fueron interrumpidas.

    -Hola.

Ella y sus piernas siguieron caminando, que no andando, como diría su añorada bolita de ojos amarillos. Su cabeza volvió a ser exaltada por la misma voz unos pasos después:

-Me has oído y lo sabes -gritó-. Cuando luego vuelvas por aquí te invito a una cerveza.

Pensaba ella que sus finas extensiones negras tapando sus oídos servirían de excusa. Déjate de cervezas y échame el polvo de tu vida, pensó. Sería divertido, se decía a golpe de rock, añadiendo cosas así como: ¿con esta tirita en el dedo gordo me vas a invitar a nada?. Aclaró ella que era su cabeza y que no la representaba, sólo por dentro.

Wake up Maggie.