Entre esferas y pañuelos encuentra todo un cambio. Un cambio que, por cierto, viene con su propio reflejo incorporado (él más guapo, todo hay que decirlo). Vuelve a la sonrisa tonta y a la guerra de "yo más", que seguramente en nada acaben. De momento, hablan de palomitas y de máquinas con luces, tras el órdago de ella, descartado.
"¿No he sido tan clara? Quiero ver ese espectáculo de fuegos artificiales"... Contigo.
Pues no. Quizá no fue tan clara. Me queda el consuelo de tener un ficticio hueco en un ficticio sofá apalabrado, aunque no sabe si entre torres o árboles, espera ver a aquel caballo color fuego.
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