Una pausa entre batallas que le hace plantearse las letras correctas para dibujar su mente alegre. Descartemos purpurina en el corazón. Porque odia la purpurina, aunque adorne sus sueños oscuros. Valoremos colores bajo pieles que sensacionan y sienten -algo más que otro quizá. Quiere recordar aquél "¿Hacemos algo o nos miramos?" donde sin duda la segunda opción ganaba. Porque aunque vea reír y escuche sonrisas, puede ser lo más serio. Porque tardes entre putos, juegos de palabras, psicópatas de papel, muebles en los techos y resultantes cabezas cómodas, provocan seriedades desde la razón, y más sin ella.
Es domingo.
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