Quédate a dormir. Quédate a dormir. Quédate a dormir. Quédate a dormir. Quédate a dormir. Quédate a dormir. Quédate a dormir. Quédate a dormir. Quédate a dormir. Quédate a dormir. Quédate a dormir. Quédate a dormir. Quédate a dormir. Quédate a dormir. Quédate a dormir.
-No. -respondió ella rotundamente a cada una de las invitaciones.
A veces adornado con un por qué. A veces aplazado. A veces incitado hacia la ausencia del modesto y casto respeto A veces simple. A veces dudoso. Pero siempre no. Siempre con otro Quédate a dormir esperando a salir no sabía por qué. ¿Estaría tan convencido de que caería? ¿Pensaba que la excusa de la antigüedad del tiempo de abrazos iba a ser creíble como tal?
-Amigos -dijo su boca.
Todo lo contrario al lenguaje de sus ojos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario