"Lo único que quiero es un poquito de tú en me da igual dónde."
Y así, quizá, empieza a mostrar sus cartas. Donde la jugada se acompaña de unos pies fríos que ocultan extrañezas que no quiere reconocer. Porque sí. Porque se defiende ante los malos. Y cuando vienen los buenos ¿Qué? Y vino. Y cervezas. Y nada. Porque él. Y quizá la cosa no vaya de bazas y jugadas. Porque no es algo que quiera descartar. Porque igual dentro de un mes sigue con sus cartas en la mano, tan a gusto, cogiéndolas cariño, donde dejan de ser cartas... con un poco de postits, un poco de desayunos preparados y mucho de besos porque miles de decenas son pocos.
Hale. La moñada. Y las uñas qué más da cómo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario