20181108

Para misma

¿Por qué no? Imagina...

«Pequeño huracán. Con sonrisas de escudos. Sí. Pero cómo mola domar al potro. Con un ángel que dice que sus sonrisas son adictivas. Con otro que dice que ya te has adictado... "Toma. Unos libros. Que quizá encuentres algún mensaje cierto entre tanta página..." que tanto podría parecerse a esto. A loquesea. Con sus ventanas. Y sus torres kio. Sus patadas sin querer. Y sus ganas de morder su sonrisa. Que como ves... no son pocas. (Cierto, algunas por tu culpa). Y quizá, enganchado, repitas. Y quizá desempatar al billar es buena excusa. Porque las revanchas y las apuestas nunca fallan. Como su "gorda y guapa". Qué tonterías tiene... y qué vida da. Que quizá sus reservas las guarde pero qué ganas de beberlas a sorbos. Y olvidemos los potros. Que lo indómito mola más. Que adaptarse suena forzado y fluir suena más bonito. Como Honolulu. Verdades verdaderas. Porque hay cosas que no fallan. Aunque necesites excusas de sobresueldos de abuelas y pagos ocultos. Aunque quieras que se asuste, o que se canse, o que huya... o eso dices, porque en realidad lo que quieres es que se quede, y que convierta tus miércoles en sábado, que las noches se te hagan cortas, y quizá, una partida más de billar.... Pero no, no te sirve un "para que te asustes", porque hasta con tus malas canciones te aguanta. Y hasta con tus martes mentales le gustas. Pero sobre todo, con tus ángeles. Bueno, sobre todo, contigo.»

Y que sea loquesea. Qué más da.

Casualidades llenas de intención.

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