La basura de cosas sin importancia encontró su sitio en el aire. Como las cajetillas encontraron sus sitio en las lenguas. Como espero encontrarlo en veinticinco días, entre botes y brincos. Como esa voz vibrante en un callejón. Gran voz.
Y sobre Tú, seguimos con casas abiertas de ventanas sepultadas sin felpudos a la entrada. Igual tu almohada sigue teniendo mi olor y no me remembras. Igual me membras sin más.
Aún matemáticas.
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