Le confiesa a su extensión blanquiceleste esa duda en off que cree que es su señal de peligro principal. Un peligro al que si hace falta, se pone a 721km/h (otra más).
Y hoy, gracias a su tercera por ser como una primera, por el amor, la magia y el color. Porque no todo es blanco y negro. Porque ella enseñaba colorear todo, y nunca le faltaba una sonrisa.
Recordaré siempre tu guiño, preciosa.

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