-Qué bonita casualidad...- le dijo sonriendo tras aquel breve instante en el que se sintieron.
Ella le miraba a los ojos y se ruborizó sin poder evitar retirar rápidamente la mirada y dirigirla a cualquier otra parte que disimulara sus ecos sobre lo que acababa de oír...
Sentía que era todo muy raro pero no pudo engañarse, sabía que le gustaba. Trató de centrarse y mientras no podía parar de sonreír, debido en gran parte a aquellos nervios que vibraban.
-¿Qué?- dijo, invitándola a no callar.
-Nada...-vio la necesidad de sincerarse y de compartir quizá su extraña sensación-. Que nada de esto estaba en mis planes...
Le contagió la sonrisa nerviosa mientras conectaron sus pupilas y casi de forma automática volvieron a sentirse.
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