20180201

Y se bajó del bus

Palabras que coincidían. Que mostraban mismas ideas en distintas mentes. Mentes que, como él recitaba, se conectaban por cosmos y que, como ella soltaba, no guarreaban -tal cual. Aunque bueno, añadió partes de cariño y de extrañeza por coincidencias extrañas cuando uno no busca. Y tampoco sonaba tan mal. O eso pensaba. Porque claro, compararlo con el cosmos y la energía del universo pues igual...
Total. Palabra tras palabra. Pasos. Uñas partidas. Manos curiosas y como resultado manos que caminan juntas. Destinos pasados y primerizos que acaban cambiados al vecino de enfrente. O de al lado. Y más palabras. Y fíjate tú, mentes abiertas. Veredas levantadas con eso del cosmos y del guarreo. Y de repente, Cibeles. Adioses repentinos. Y un reto lanzado a tiempo.

-Baja. Ven. Y vuelve. 

Reto aceptado. Cuando no pudo más que responder:

- Me faltaba un beso más. 

Así, con todo esto, sigue recordando que a nadie tiene que explicar bajadas de bus ni manos agarradas ni mentes conectadas ni no guarreos ni planes de sábado con excusas que lo son sin serlo. 

Humanos.

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