20180205

Durmiendo bocabajo

Buen momento para refugiarse en sus líneas. Qué curiosa la vida y sus cuentos de hadas que no siempre acaban bien. O según como se mire. Porque mientras van desconociéndose, quizá intentando engañar a esa vida que tanto ha visto, como si su memoria flaqueara, como si memoria realmente tuviera..., té consigue avanzar pese a las rachas de ventisca. Y miren que no es cuestión de peso. De qué no sabe. Pero apenas pesa. Aunque sí para alegrías. Porque de repente llegan. Y qué mínimo que recibirlas. Aun cuando no tenía planes. Aun cuando sus planes de hecho rechazaban toda opción. De repente, sucedáneamente, no sabe por qué encuentra ese pequeño ritmo (a son de ukelele, por si hay dudas) que le lleva a aquella cita utópica, romántica en clara apariencia, y quizá banal (sin su acepción de no sustancia) en clara práctica: 

Te miro a los ojos y me dan ganas de planear viajes por todo el mundo. A tu lado. Con una mochila y pocas fotos.

Porque por qué no. Porque quizá la vida es eso. Pequeñas locuras que te cambian por completo. Y aunque no roce las nubes y no vomite corazones, siente las ganas compartidas y la genialidad encontrada. Más que suficiente, piensa. ¿Por qué esperar llaves en a saber qué rincones del mundo escondidas? ¿Por qué no hacer maletas vacías y compartir momentos? ¿Por qué no... 

ser geniales?

No hay comentarios:

Publicar un comentario